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Viernes cultural - Iporā jaikua'ami.

Raúl Rosa Flores

El menos glamuroso de los adminículos que se usaban para iluminar en tiempos idos.


Ocupaba el escalafón mas bajo dentro de los artefactos luminarios a kerosene, por ser el más rudimentario, más elemental y mas barato.


Era casi un paria entre ellos.


Estaba en el último lugar por debajo de los que funcionaban con gas de kerosene (Sol de noche, Petromáx,...), los que funcionaban con mecha y camisa (Lámpara Aladino), los que funcionaban con mecha y podían ser transportados (Lámpara Mbopí), y los que también funcionaban con mecha, que fueron creados para ser colgados por la pared, pero eran generalmente usados sobre una mesa (Lámpara de pared).


Estamos hablando del LAMPIUM.


Este artefacto desde mi punto de vista era el que tenía más "glamour" en su nombre, ya que el mismo es un "galicismo" que fue introducido al guaraní y el español litoraleño (Cuenca del Paraguay y Paraná) como una deformación de LAMPIOM, que es una palabra francesa que fue "guaranisada" y pasó a ser usada como LAMPIUM.


Lo simpático es que LAMPIUM, a su vez fue "castellanizado" y no pocos lo llamaban "lampicho" como una forma mas "chuchi" de nombrarlo. LAMPIUM, sonaba muy guarango.


Ya era hora de recordar y reinvindicar de alguna manera a este humilde artefacto luminario.


Tanto fue vilipendiado, que tenía la fama de impregnar con el hollín que despedía, las cejas e incluso las pestañas de los que lo usaban para leer en las oscuras noches de antaño. ¿Será cierto esto?.


Ya era hora de recordar al viejo LAMPIUM.


Humilde y útil, pero con un nombre glamoroso.


Voilà...

C'est le lampion.

C'est mon hommage.



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