top of page
Buscar

Un viaje por los recuerdos

Foto del escritor: Myrian Rosa Flores Myrian Rosa Flores


Miriam Rosa

Junio 2011

 

 ¡Sería lindo usar la imaginación también recrear cosas que vivimos…que no son o ya no pueden ser, pero que quisiéramos que fueran! Y así “vivir” en la mente cualquier acontecimiento familiar…o lo que sea. Pero yo prefiero un familiar.

 

¡A ver…Por ejemplo imaginemos que hoy, día del onomástico del PRIMO MAYOR, estamos todos reunidos en el gran patio de nuestra casa paterna de Antequera! Todos están presentes… Vinieron los tíos, primos y otros parientes de distintos lugares: San Pedro, Antequera, Concepción, Pedro Juan, Asunción… y hasta de Argentina, EE.UU y Guatemala.

 

Las sillas casi están de adorno porque todos caminan y recorren el patio para poder compartir con todos. Los chicos corretean y juegan el parquecito de madera que Pololo mandó hacer con don Brassel. La hamaca de vaivén cruje, pero no se oye de la música, las voces y el griterío propio de chicos que juegan. Casi no hay adornos, apenas unos globos colgados en los árboles, pero la alegría pinta de multicolores el lugar.

 

Mandioca, bandejas llenas de ensaladas, desbordan por el largo tablón que hace de mesa. Algunos ya rodean picando algo de chorizos, morcilla, la aromática butifarra y la infaltable sopa paraguaya tan rico de la tía Blanca.

 

Humea el asado a la estaca, con variedad de carnes: vaca, oveja, chancho, cabra y un pacú a la parrilla para los que no comen carnes rojas. Unas cuantas pechugas de pollo para los bebés y los que no comen carne roja pero no gustan del pescado.

 

Gaseosas bien frias para los chicos y abstemios. Botellas de vino “a tuttiplé” y cervezas para los cerveceros. No falta el buen whisky on the rocks  y una fina cañita paraguaya con jugo de pomelo.

 

Blanca, Chula y Vila  no paran de hablar con la tía Negra…parece que unas horas quieren decirlo todo lo que nos e dicen hace años. Tía Chiquita las escucha, se ríe con sus características sonoras carcajadas y de paso prende un ”puchito”. Tía Lidia, de vez en cuando envía miradas hacia todos lados para cuidar de Cachito y Gracielita. La tía Ester sólo come, muy concentrada en detectar los sabores.

 

El tío Américo cuida las parrillas con su sapiencia de cocinero. Callado siempre, atiza los carbones y las leñas con una mano, en la otra su vasito. El tío Chacho le encarga a su lado cual costilla él va a querer “que tenga mucha grasita” le dice a su hermano.

 

Tío Adolfo cuenta a los sobrinos de sus últimas hazañas de pesca, de lo mal que “los tipos” tratan a la naturaleza. ¿Los sobrinos lo rodean mudos y absortos, el tío Aurelio, con su risita imborrable en los labios parece pensar “será cierto que el pacú que cuenta Adolfo pesaba en realidad 18 Kilos, que la raya medía 3 m de diámetro y que el tigre ése recibió la bala justo en el medio de la sien?”.

 

Tío Papi, whisky en mano compartía una amena charla con Pololo, quien con cigarrillo entre los dedos que no se cansaba de decirle ”esta carne está tan blanda que paree mantequilla!”.

 

Tío Néstor Miño recorre con su grabadora haciendo reportajes a los presentes, gritando a todos “mbaéiko che sobrino”. Tío Juan Eisenhut lo mira y se ríe, festeja cada cosa que hace el otro. En eso pasa el Expreso “Curuzú Chicá” y como el chofer ve fiesta en el patio pasa tocando repetidamente la bocina.

 

Lelo toca la guitarra acompañando al grupo de Diosnel. Cantan todos, quienquiera se acerca y se suma a dar su aporte artístico. No importa como sueno, lo importante es divertirse. No falta la tía Ester cantando las músicas de Manzanero o el coro del infaltable “yo no te olvido Puerto Antequera…”.

 

Llegó la enorme torta que hizo Laly, acaba de terminar de decorarla para su primo mayor. Con muchas velas encendidas, no puedo precisar la cantidad exacta.

 

Todos le rodean con abrazos y empiezan a cantar el “cumpleaaaños feeeeliz”. Victor, el querido Chongo se saca los lentes, Los limpia pero aún así ve nublado… no es porque se ha tomado vino de más, no es por el humo de la parrilla ni del cigarrillo del tío Pololo, … no es por el rojo polvo de la calle de Antequera….

Ali lo ve raro y le pregunta “qué pasa amor”. Aparenta mareado, pero se le nubla la vista por las lágrimas de alegría y piensa, en lo más profundo de sus pensamientos “cuan feliz soy Dios mío…gracias por esta familia que tengo!”….

 

FELIZ CUMPLE PRIMO!!!!!!!!!!!!!!

 

P.D. Espero te haya gustado esta “fiestita” que acabo de hacer en tu homenaje..y …sacáte nomás los lentes si se te nubla la vista…




 

 

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Kommentarer


Suscríbete a nuestro blog

¡Gracias por tu mensaje!

Si tenés una historia para publicar mandámela al mail soldelrio@gmail.com

bottom of page