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Un pueblo costero dentro de un pais mediterráneo.

Raúl Rosa Flores

Los estudios mas serios sobre el origen de la vida concluyen que la vida se inició en el agua. Esta idea no es descabellada ya que habitamos el único planeta del universo conocido que está cubierto en mayor parte por este vital líquido; estamos compuestos en un 65% de agua y sin ingerirla no podemos vivir por más de 5 días. El agua es vida.


Muchos pueblos surgieron con el agua, como la vida misma.


Un pedacito de nuestro planeta, le debe su existencia al agua. Se originó gracias a su ubicación estratégica a orillas del río Paraguay en su confluencia con el río Jejui. Surgió en forma espontánea, como la vida misma, como punto obligado para el comercio de la explotación forestal, y centro de embarque de los productos comerciales de San Pedro.

Eran los tiempos en que las vías fluviales eran la única puerta de contacto con el mundo.

Gracias a esto empezaron a echar raíces sus primeros habitantes conocidos. Gracias al agua llegaron a este lugar los López..... los Ferreira... y a ellos les siguieron muchas familias que hoy día forman parte de la rica historia de uno de los lugares más pintorescos de esta parte del Universo.


Así surgió el PUEBLO, sin ser el resultado de una decisión gubernamental que haya enviado un contingente para fundar una ciudad o un asentamiento. Ese lugar es como la vida.. surgió en forma espontánea, o quizás, .... o lo que es mas probable, por una Providencia Divina, como la vida misma.


El pueblo se hizo LEYENDA.


Los avatares de la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza quisieron que en este lugar, a orillas de un recodo del río, encuentre la paz y el descanso eterno una mujer llamada Francisca junto al producto de sus entrañas, que hasta hoy día es venerada y recordada. Su recuerdo sigue en lo más profundo de los recuerdos y como nexo ante Dios para obrar los milagros y favores a los creyentes que ante su Cruz acuden cada 3 de mayo en el lugar conocido como "Curusu Chica".


Muchas leyendas se recuerdan y han nacido en este pueblo, leyendas de amor, ....sobre sortilegios, ... y otras muy pintorescas y de connotación mundial como el nacimiento del sobrenombre que reciben los amantes furtivos apodados "Sombrero Ka'a".


Mucho se puede contar de este pueblo, de su historia, sus leyendas, anécdotas, y de la vida de sus habitantes que con su paso supieron honrar este lugar.


Como olvidar a aquel inquieto niño nacido en esta tierra, hijo de una humilde lugareña, que pasaba sus ratos libres a la salida de la escuela recorriendo el puerto y visitando los barcos que allí atracaban para poder degustar el apetitoso "tembi'u konsérva" como él mismo solía contar.


Su espíritu inquieto lo llevó a la Capital en uno de los tantos barcos que por allí pasaban.


Cumplió su sueño de niño, de vestir el uniforme militar y llegar a la graduación más alta posible.


Su sueño de ser General de Ejercito se vio coronado con la posibilidad de ocupar, luego de su retiro, las mas importantes Secretarías del Gobierno desempeñando los cargos de Ministro de obras Públicas y luego de Defensa Nacional, destacándose en ambas por su condición de Militar e Ingeniero.


Aquel niño que como otros tantos, se pasaba mirando el ir y venir de gente de toda clase en los buques, así como los bellos atardeceres del lugar que lo vio nacer, seguía teniendo un sueño.


Su sueño era posible.


Ya en la cómoda posición que brinda el Poder, seguía con ese mismo espíritu inquieto.

Ya no podía ver aquellos bellos y multicolores atardeceres, pero sí podía otrear un mundo más grande.

Había transpuesto aquella puerta que le brindaba el río. Había andado mucho más allá del horizonte y la tierra que lo vio nacer.


Aquel niño consiguió con su mediación consolidar la identidad de su pueblo.


A él se debe la construcción de importantes Obras Públicas.


Fue el mentor de la apertura y construcción de nuevas calles y creación de nuevos barrios; con una proyección urbanística más moderna.


Mandó construir edificios para las Instituciones públicas acorde a los nuevos tiempos.


Se preocupó de que en el único Colegio Nacional con una edificación de tres pisos del Paraguay de entonces, se imparta una educación de primer nivel.


Fueron contratados educadores que se habían formado en los más renombrados de la Capital como "Las Teresas".


Su sueño era que surgieran egresados con una visión mas amplia, que vean mas allá de ese lugar, que se sientan parte del mundo, y no encerrados en un país mediterráneo.


Se preocupó de que se practicaran los deportes..... que se enseñara atletismo, emulando a la antigua Grecia.


Su sueño de una educación integral lo hizo posible.

Los jóvenes contaban con un amplio Taller de Artes y oficios equipado con maquinarias eléctricas y herramientas de última generación.


Todo era diferente en ese pueblo costero, hasta el uniforme de los alumnos que era de color gris diferente al azul marino tradicional de los colegios públicos.


Aquel niño soñador quería que los alumnos allí formados, se destaquen por una formación integral para sobresalir en este mundo que cada vez les exigía ser "mas rápidos, mas ágiles, mas fuertes, y que lleguen mas alto", siguiendo los valores de las Olimpiadas Griegas.


La Salud Pública formaba parte de esa preocupación de aquel niño soñador. Los memoriosos recuerdan las charlas con exhibición de películas en 16 mm donde se hablaban de Educación Sanitaria y prevención de enfermedades en las escuelas y colegios.


Las vacunaciones eran cotidianas. Vacuna que había, vacuna que llegaba al pueblo.


Los niños de la época, hoy adultos, pueden ser fácilmente identificados. Solo basta con revisarles el antebrazo, de seguro tienen dos o tres "marcas" de vacunas a cada lado, contra la tuberculosis (que es la única que "prende" o deja marca), pero ellos de seguro tienen al menos cinco. Las otras tantas vacunas no dejaron huellas pero ahí están.


Muchas cosas se pueden contar de este niño soñador que está unido a la identidad y la historia de este pueblo........


La vida sigue su curso.


Las aguas del río Paraguay siguen fluyendo y siguen su perenne viaje hacia el sur.

Los recuerdos siguen marcados.


Solo nos resta honrar esa memoria.


El horizonte nos sigue regalando sus ocasos multicolores y únicos.

Cada día nos da la oportunidad de agradecer la vida.


Gracias a Dios por lo que nos da.


Gracias a la naturaleza por acogernos.


Gracias a nuestros antepasados que nos transmitieron sus conocimientos.


Gracias al río que permitió que aquel niño soñador pudiera viajar y tuviera mejores oportunidades para ayudar a su pueblo.


Gracias GRAL. MARCIAL SAMANIEGO por consolidar la identidad de Antequera y que siga siendo UN PUEBLO COSTERO DENTRO DE UN PAÍS MEDITERRÁNEO.




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