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Un paraguayo de exportación

Foto del escritor: Gustavo MartínezGustavo Martínez

Actualizado: 10 sept 2020


Octubre 2010

El avión de Braniff calentaba sus motores, los pasajeros iban en fila por la pista de cemento, esperando subir por la empinada escalera. Víctor se dio la vuelta, mirándonos por última vez antes de abordar. Vestía un saco negro, pantalón negro de botamangas finas, zapatos negros brillantes, camisa blanca y corbata finita negra, peinado con gomina y rayas bien marcadas a los costados, sobresaliendo sus anteojos gruesos de carey. Hoy a la distancia me recuerda a uno de los Beatles. El bitle paraguayo. Levanto su mano diciendo adiós a su tierra y a su gente, quienes también respondíamos con efusivos adioses de despedida.

Papá abrazaba a mamá, quien llorando se desprendía por primera vez de su primogénito. Subimos a la combi de Andrés Iglesias y regresamos tristes. El avión levantaba vuelo. Víctor lloraba. No había oro en las calles ni caían billetes de los edificios de Norteamérica. Habiasido. Así comenzó la historia de la exportación de Martínez a los estados unidos, y este pequeño relato es un homenaje al pionero hermano que como primer adelantado conquistador fue al norte en busca de oportunidades. No fue fácil. Aun así pudo con los ojos llenos de esperanzas continuar sus estudios y trabajar duro para sobrevivir. Y sin pretender ser un resumen histórico en detalles, es solamente para testimoniar todo el alcance de esta increíble historia , en su aspecto cultural, social, personal, y sabrá Dios cuantas cosas más al que mi hermano tuvo que renunciar-como todos los migrantes- quienes desterrados de su país por falta de oportunidades, van a una tierra donde no lo necesitan y siempre lo hacen saber, y contra todo eso, a más de la soledad, las expectativas y las necesidades, había que levantarse todos los días y hacer la historia de su vida. La familia estaba expectante desde su origen, quienes con casetes grabados y cartas por entonces, hacían saber de sus cosas y de las buenas o malas nuevas. Era el cordón que nos unía. Eran las conexiones para saber de ese sorprendente mundo avanzado y que de vez en cuando llegaban desde ahí, valijas con regalos nunca vistos por estos mundos y que Norteamérica nos alimentaba con sus modos y sus costumbres con championes, medias, camisetas, desodorantes y chocolates, todos con olor a Norteamérica. Así Víctor fue parte de ese mundo y parte de nuestro mundo a la distancia. Como lo serían más adelante todos los hermanos. Y acostumbrarse a vivir y hacer familia a través de las correspondencias y el teléfono. Por entonces el héroe de nuestro escrito ya había pasado por miles de necesidades, también buenos pasares y anécdotas a montones. La tía Adriana fue puerto seguro de todos los recién llegados a los estados. Con sabiduría acogió a todos mis hermanos con mucho cariño y fue elemental su generosidad para comenzar a poder pensar en la nueva vida que eligieron. Víctor, romántico de naturaleza, encontró su amor en Alicia, quienes después de la experiencia norteamericana bajaron hasta Guatemala para instalarse y continuar su vida juntos.

Hoy Víctor Martínez vive a la distancia su Paraguay querido, a su gente, sus noticias, y late diariamente como uno más de esta tierra que vive en esta tierra….Resignado a su destino fue creando maneras y formas de estar siempre atado a su país. El es un paraguayo que vive en Centroamérica, un paraguayo que entiende de artes y de gastronomía, de buenos gustos y un anfitrión increíblemente solidario con todos los que llegan a su vida. O si no…el los busca y ayuda, a tal punto de ser un embajador innombrado. Ese es el Víctor que conocemos todos y motiva orgullo su desempeño. A veces argelado, otras compasivo, es miembro de hábitat para la humanidad, es justiciero y ferviente colaborador de su iglesia.

Pero lo que Víctor más acumuló en estos tiempos es nostalgia y sensibilidad. A todo. Hombre sensible si los hay, el más.

Puede que los atributos no sean todos los nombrados, ni los defectos todos dichos, pero vale un homenaje de palabras a este nuestro querido hermano y primo y sobrino de todos, y reiterar nuestra admiración y cariño. Gracias por estar siempre pendiente de todos nosotros aquí en Paraguay y por las primicias que siempre nos das de lo que sucede aquí. Víctor a veces es Nuestra primera fuente de información. Un paraguayo que causa alegría recordarlo, por lo que es, por lo que hace. Por su familia.


Por Alicia.

Un paraguayo de exportación. GRACIAS VICTOR MARTINEZ NDE ANAMECHU!!!!!!!!! Gustavo.














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