Hurgando entre interminables documentos guardados en mi compu, accidentalmente me encuentro con un par de scans de recetas de Chula, escritas de su puño y letra, como legado de algún momento en la historia, de algún platillo que obviamente llamó mi atención y le pedí que lo dejara por escrito.
Pienso que las recetas de cocina son más que simples instrucciones para preparar alimentos; son transmisiones de cultura, tradiciones y amor. En mi caso, las recetas de Chula no solo representan una delicia culinaria, sino también una parte esencial de nuestra identidad familiar y cultural. Este escrito explora la importancia de estas recetas, su impacto en nuestra vida de familia y cómo reflejan la riqueza de nuestra herencia.
Un Vínculo con el Pasado
Las recetas de mi madre Chula son una conexión directa con nuestras raíces. Cada plato tiene una historia, un contexto y una razón de ser.
La sopa paraguaya, el chipá guazú, sus guisos, las jaleas, sus tortas, envueltos, etc, requieren horas de preparación. No son solo alimentos; son recuerdos de la niñez, de tiempos, de las reuniones familiares y de las celebraciones.
Recuerdo las tardes en la cocina, observando a mi madre mientras preparaba sus famosos guisos. Ella siempre decía que cocinar era un acto de amor, y cada ingrediente debía ser tratado con respeto. Sus recetas, transmitidas de generación en generación, algunas de la abuela Ana, que a su vez lo heredó de sus padres, y ancestros, son un testimonio vivo de nuestra historia familiar y de las influencias culturales que han moldeado nuestra cocina.
El Arte de Cocinar
Cocinar no es solo una habilidad práctica; es un arte que requiere paciencia, precisión y creatividad. Mi madre dominaba este arte con una maestría que solo se puede adquirir a través de años de experiencia y dedicación. Su cocina era su santuario, un lugar donde cada platillo era preparado con una combinación de técnicas tradicionales y un toque personal que hacía de cada comida una experiencia única.
Uno de los platos más emblemáticos de mi madre fue la sopa paraguaya, un platillo tradicional paraguayo hecho con maíz molido, queso Paraguay, manteca y una variedad de condimentos. La preparación de la sopa paraguaya es un ritual en sí mismo, que comienza con la selección meticulosa de los ingredientes, interminable batido, y culmina con la lenta cocción horneada de la sopa no liquida, permitiendo que los sabores se fusionen a la perfección. La receta de mi madre fue siempre muy especial no solo por sus ingredientes, sino por la pasión y el cariño con los que los preparaba.
Transmisión de Saberes
Las recetas de Chula son un legado que he tenido el privilegio de heredar en mi familia, y muchas de ellas mi esposa Alicia las ha llevado a la perfección. Aprender a cocinar sus platillos ha sido una forma de acercarnos a ella, de comprender mejor su vida y sus valores. A través de la cocina, mi madre, también nos enseñó lecciones de vida: la importancia de la paciencia, la necesidad de perseverar -se casó no sabiendo cocinar- y el valor de compartir con los demás.
En cada clase de cocina, mi madre insistía en que no solo debía seguir las instrucciones, sino entender el porqué de cada paso. "No se trata solo de cocinar", decía, "se trata de comprender y respetar los ingredientes, de conocer su origen y de tratar cada platillo como una obra de arte". Este enfoque nos ha enseñado como familia a apreciar la cocina no solo como una necesidad, sino como una forma de expresión y de conexión con nuestras raíces.
La Cocina como Punto de Encuentro
La cocina de Chula y sus recetas, siempre ha sido un punto de encuentro para nuestra familia tanto en Paraguay como en Guatemala. Es el lugar donde compartimos historias, reímos juntos y nos apoyamos en los momentos difíciles. Cada comida era y sigue siendo. una celebración de nuestra unión y de nuestra cultura y raices. Las recetas de mi madre no solo nos alimentaron, sino que nos unieron, creando lazos más fuertes y recordándonos la importancia de nuestras tradiciones.
En fin, sus recetas son más que simples instrucciones para preparar alimentos; son una manifestación de amor, cultura, tradición familiar e historia. A través de sus platillos, he aprendido valiosas lecciones de vida y he desarrollado un profundo aprecio por nuestras tradiciones culinarias.
Cada vez que preparamos una de sus recetas, sentimos su presencia y su amor, recordándonos siempre la importancia de mantener vivas nuestras raíces y de compartir nuestras tradiciones con las futuras generaciones.
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