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Historias cotidianas

Foto del escritor: Raul Gustavo Martinez FloresRaul Gustavo Martinez Flores

HECHOS SUCEDIDOS EN CAPIATA

A Lalo lo llevaron directamente al calabozo, el pasillo estaba oscuro, apenas iluminado por un foco fluorescente redondo y colmado de insectos. Acompañado de un oficial, quien con un grueso manojo de llaves en la cintura, caminaban cansinos hasta la celda.


Abrió la puerta de barrotes. El policía lo dejó pasar, Lalo hizo un esfuerzo para acomodar la vista a la oscuridad de adentro, fue tanteando los primeros pasos y saludando fuerte, como para obtener alguna respuesta desde la penumbra, sintió que tropezaba con un camastro lleno de estropajos. Allí lo vio….!!

Sentado al borde del mueble, la cabeza gacha, encorvado, levantó la mirada, con una sonrisa leve se incorporó y saludando le dijo mbaeico Lalo. Y le extendió sus manazas, con firmeza y después, vino un abrazo. Lalo sin retirar su brazo del hombro lo empujo suavemente hacia afuera, como queriendo el mismo escapar lo mas pronto posible de ese fugaz encierro. El oficial, miraba atento la escena; se hizo un lado para dejar salir a ambos. Permiso ….dijo Lalo y salieron a respirar mejores aires de la noche Capiateña, no sin antes ver para atrás y ya con la vista acostumbrada, dejó guardada en sus retinas las infinidades de mensajes escritos por las paredes sin ventanas, de quien sabe cuántos pasajeros retenidos en tan triste cuartito.


Desorientado, se dejo acompañar por Lalo, quien pacientemente le acomodaba la ropa y lo ponía en condiciones para abandonar la comisaría. El oficial espetó… nosotros no lo teníamos detuvido, sólo para su seguridá nomas le guardamo..le encontramo en la ruta!!

Una bella oficial de policía interrogaba a Lalo, para darle el pase de salida y con gracia y efectividad calmaba la tensión del momento, ya que previo al rescate en la sede `policial, se habían sucedido una serie de hechos que tomaron estado de crisis y que generó la preocupación de todos. Terminado los trámites de rigor y despresurizados, salieron a la empedrada calle de la comisaría y con agradecimientos por la preventiva acción de la policía, se despidieron, subieron a la camioneta y se dirigieron a la ciudad de San Lorenzo. Las luces públicas pasaban raudas, ligeras, a los ojos del liberado… quien desconcertado explicaba la situación vivida y las razones de su último destino. La pequeña comitiva dentro de la camioneta preocupada y aliviada escuchaba con atención y tensión.


Llegaron a la parada del camión de larga distancia y dispusieron el plan final. Conseguir los pasajes para el norte. Alma María juiciosamente realizó una serie de acciones que prontamente solucionaron los avatares del repentino viaje, consiguiendo las boletas y solicitando protección de cuidados entre otros pasajeros conocidos de su pueblo para su querido tío en problemas y que debía abordar el bus.


Sentados en el banco sin respaldo de la “agencia”, Lalo y la preocupada y agradecida Lali custodiaban y cuidaban a su protegido. Quien devoraba dos empanadas con un jugo Ades de manzana y viendo sin mirar el caótico y ruidoso tráfico, en la “curva”, frente al MOPC y las galerías del club San Lorenzo. Mate en mano la gente se juntaba a esperar el bus junto a sus bultos y equipajes. La hora de partida estaba cerca. Iban y venían recomendaciones para un mejor viaje.


La Santaniana llegó esplendida, llena de luces, de “dos pisos”, silenciosa. El chofer y guarda de cansados uniformes con corbatas y charreteras, dispusieron prestos el abordaje del pasaje y acomodar los equipajes de distintas layas.

Entonces ocurrió lo inesperado, lo peor…


Se negó a subir !!!


Con gestos y movimientos resistidos iba retrocediendo asustado Tal vez por el tamaño del vehículo monstruoso a sus ojos que quería llevarlo lejos o tal vez por la misma confusión del momento. El resto de los pasajeros miraban también asustados por las ventanas desde sus asientos del piso de arriba y de abajo.


Lalo hacia sus máximos esfuerzos de convencimiento. El plan estaba por fracasar….!! El chofer miraba desconfiando ya sobre lo peligroso que podía resultar la travesía…..la salida ya estaba retrasada…. La desesperación se apoderó de todos…!! Braceando se oponía a entrar en el bello “camión”…. Todos se miraban, que hacemos? se preguntaban….

Nunca se sabrá qué le dijo, pero Lalo con firmeza y decisión le hablaba cerca del oído, para que no oigan ni para alarmar a la gente que se acercaba a mirar con curiosidad el espectáculo casual.


Repentinamente…cambió de decisión….y tambaleando se dirigió a la entrada del bus, convencido por el misterioso argumento del procurador quien del brazo lo llevaba a buscar el asiento, caminando por el pasillo lleno de atónitos pasajeros que temerosos miraban. Con Lali lo acomodaron. Y aliviada se sentó junto a el, se despidió de los que quedaban en tierra con un profundo y sentido gracias…!! y regresaron a casa.


La puerta se cerró con ruidos de aire, silenciosa y apuradamente por el inesperado retraso, el bus retomó el camino y partió a su destino.


Crónicas cuentan que el viaje fue tranquilo hasta llegar al pueblo.

HECHOS SUCEDIDOS EN ITAUGUA

Alma Maria Rosa Valiente desesperada lo buscó por los pasillos del hospital de Itauguá, interminable y lleno de gente que caminaba, ocupada con sus quehaceres. Siguió con pasos apurados, insistiendo en su búsqueda, lo que la llevó a salir al patio trasero del nosocomio, cerca del taller de mantenimiento. El calor apretaba, cruzó el desordenado terreno, colmado de desechos hospitalarios, camas, aparatos de aire, estanterías, motores, etc, que le impedían una buena visibilidad en busca de su tío.

Recorrió cada rincón en forma desesperada…siguió su búsqueda hasta encontrar un portón de salida en las parte posterior del hospital, y seguidamente se encontró con sendos caminos de tierra que seguían distintas direcciones, de aquellos caminos hechos a fuerza de su propio uso, de las costumbres de los caminantes, de estrechos anchos y con grandes matorrales a sus costados. Con miedo tomó la decisión de aventurarse en uno de ellos, la soledad era absoluta, el silencio de la siesta era audible. La misión de buscar a su tío perdido era mas importante que sus temores, y siguió avanzando con los ojos bien abiertos y la mente atenta a cualquier movimiento en tan solitario paraje.

A trescientos metros de haber iniciado su búsqueda, observa a lo lejos, un hombre que, sentado sobre su moto charlaba con una señora. Tomó coraje y fue directo junto a ellos.


Buenas tardes…dijo. Con la voz quebrada. Estoy buscando a mi tio… y quería saber si no lo vieron pasar…!!!..La señora, que resultó esposa del motorista le respondió…no she memby….ocañy pico hospitalgui…? Si…respondió Alma Maria con desesperación. Y entonces con increíble arriesgo, pidió al señor que lo ayudase a buscar. Llevamena con tu moto señor…. Yo te pago el combustible….!! Ante este insólito pedido de la valiente joven buscadora, el señor miró a su señora, y ésta aprobó y se puso en marcha una nueva búsqueda, esta vez con una moto tipo cobrador.

Recorrieron todos los caminos vecinales posibles, preguntaron a cuantos lugareños encontraron y todos con respuestas negativas echando por tierra toda esperanza de encontrarlo. La joven con el rostro angustiado por la desdicha, insistia en buscar mas y mas por los caminitos de la campiña y, el conductor, de buenas maneras hacia también lo imposible por encontrar al paciente perdido.


La búsqueda los llevó a salir a la ruta alfaltada, la que llevaba al pueblo, y fueron unos kilómetros hacia adelante, otros cuantos atrás…. en vano. Horas después dándose por vencidos, fueron hasta un kiosco de ventas varias donde buscaron calmar la sed con una tibia Nico guaraná. Lo sorprendente es que la mujer del kiosko, algo robusta, de pelo recogido, con grandes y largas faldas, sandalia tipo cross, piel blanca y uñas bien pintadas dio pistas del extraviado. Ante la pregunta de Alma María quien preguntó una vez mas de las cientos de veces, contó la señora que le habían comentado que encontraron a un hombre desorientado caminando por la ruta como a dos kilómetros de ahí…. Y que lo alzaron en un vehículo y lo llevaron. Era un señor alto dijo…. Camisa blanca tenía y una bermuda…. Mi hijo lo que vio todo.. el lo que me contó. una camioneta blanca era lo le alzó nayé. Y no se mi hija continuó…por ahí e tu tio o que..se jueron hacia capiatá…. Llamana a la comisaría de allá…..


Agradeciendo a la señora del kiosco, la valiente y corajuda joven se despidió esperanzada, fue hasta el hospital de vuelta, consiguió el número de la comisaría. Fue al encuentro de su tía Lali en el albergue, que también desesperada esperaba alguna noticia. Y juntas investigaron por teléfono el paradero de su tío.


Gracias a Dios esta bien!!! Dijo Lali… está en la comisaría de Capiatá.., le llevaron hasta allá. Llamaron a sus parientes desde el celular a contarles las novedades.


Lalo bajó de la camioneta, al momento que Alma Maria y LaLi también llegaban a la comisaria de Capiatá… hablaron un momento, y Lalo entonces subió lentamente las gradas de la oficina de guardia. Lo atendió un oficial de turno. Después de una breve explicación, el guardia le dijo...sígame.


A Lalo lo llevaron directamente al calabozo…..

MIENTRAS SUCEDIAN LOS HECHOS EN ITAUGUA

Durante la mañana Natalia se había presentado a un examen laboral de admisión, ante un llamado que había hecho un banco para gente del pueblo, próximo a inaugurar una sucursal. Con nerviosismo llego hasta el lugar. Ya estaban muchos jóvenes con la misma expectativa. Las motos estaban estacionadas en forma desordenada, alrededor, los postulantes esperando la apertura del concurso…


Fueron pasando por turno, las pruebas durarían bastante tiempo. Finalizaron recién a la tarde, salieron aliviados a la calle y de a poco se fueron dispersando así como habían llegado. Con sus carpetas en la mano y la esperanza viva, comenzaron el tiempo de espera de los resultados.


Días después de los hechos sucedidos en Capiatá e Itauguá, anuncian a la joven Natalia que había superado con éxitos las pruebas y que era candidata apta para el puesto. Había sido elegida…!!!


Con su uniforme, los nervios y la alegría infinita de una nueva etapa, se presentó a la mañana bien temprano para asistir a su primer día de trabajo, después de una pasantía por la capital.

Mama…me voy ya….dijo Naty. La bendición mi hija le dijo su madre…mucha suerte ..y emocionada derramó unas lagrimas por la alegría del momento vivido, y abrazándola fuertemente la despidió al verla subir al colectivo que llevaba bien temprano a su pequeña al banco de San Pedro.


Natalia Rosa Valiente, oficial de crédito, dice el cartelito sobre su escritorio.

DURANTE LOS HECHOS SUCEDIDOS EN SAN PEDRO…

La Joven bancaria Belén Rosa Valiente, llegó temprano esa mañana al banco, en el centro de Asunción, estaba muy ansiosa…expectante de los resultados de su hermana. Para ese día le debían anunciar si era admitida en el banco de San Pedro. Sentada en su escritorio vivía intensamente la suerte de Natalia, miraba su reloj constantemente y se decidió a llamar a su madre, a su padre o a cualquiera que pueda estar cerca de las noticias. Finalmente pudo hablar con su hermana y le dio la noticia extraordinaria de su admisión. Un gritito de alegría y con la mano tapando el celular, dio rienda suelta a su emoción y le dijo Belén a su hermanita….


Felicidades colega…!!! Esto es Visión Familiar…

DE ESTA MANERA SE FUERON SUCEDIENDO LOS HECHOS, QUE AUNQUE LEJOS UNO DE OTRO, CADA UNO CON SU SUERTE Y SUS HISTORIAS, EN UN MISMO TIEMPO, EN UNA MISMA FAMILIA, UNIDOS EN EL AMOR, LA COMPASION Y EL HEROISMO, LA CONSTANCIA Y EL MERECIMIENTO.

UN HOMENAJE A TRES ROSAS VALIENTES Y UN ROSA MEDIADOR.

GUSTAVO MARTINEZ.

A PRIMERO DE DICIEMBRE 2011.

HISTORIAS COTIDIANAS.




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