Siempre que perdemos a un ser querido nos ponemos a reflexionar sobre la vida; vaya paradoja, "La muerte nos hace reflexionar sobre la vida".
Hoy nos tocó perder a una persona muy querida, y ese momento triste nos lleva a reflexionar sobre nuestro paso por este mundo terrenal.
Nos queda la resignación cristiana; la certeza que en este caso, el ciclo de la vida se encuentra cerrado.
Qué mejor testimonio de vida cristiana que una MUJER que durante su peregrinar por este mundo cumplió con los mandatos divinos.
Nos dejó una mujer de apariencia endeble y frágil, que supo honrar el modelo de virtudes cristianas representada por María, a la que no le fueron ahorrados ni la experiencia del dolor, ni el cansancio del trabajo, ni el claroscuro de la fe.
Con certeza podemos decir que nos queda el ejemplo de esa Mujer que supo multiplicar los panes para alimentar a sus hijos y a su familia cuando era necesario; que supo acompañar a su esposo en el trajinar por los diferentes lugares donde les tocó vivir.
Supo sobrellevar los desafíos para criar a sus hijos, poniendo el pecho para afrontar la crianza de los mismos, con estoicismo y abnegación.
"Por sus frutos los conoceréis" dice el pasaje bíblico, y hoy podemos afirmar que la cosecha es buena, porque todo buen árbol da buenos frutos.
La muestra de cariño y el pesar que sentimos los que la acompañamos hasta su última morada, no sólo eran el resultado que inspiró a los que la conocieron; sino que era el resultado de esa demostración de sentimientos encontrados que han sabido inspirar sus descendientes, que sentían el mismo dolor por la pérdida de una madre que había concluido su tarea.
La pérdida de un ser querido se lleva lo que no fue, pero nosotros permanecemos con lo que disfrutamos.
A partir de ahora solo nos queda recordar los buenos momentos que disfrutamos con ella.
Recordarla como esa mujer que supo sobrellevar con éxito su rol de madre, esposa, abuela, hermana, tía, amiga, consejera.............; y por sobre todo por ser un ejemplo y modelo, como alguien que lo dio todo por AMOR, como María.
Siempre te recordaremos CHULITA.
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