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El Sistema Funcionaba

Foto del escritor: Adolfo von Tumpling EisenhutAdolfo von Tumpling Eisenhut

PARTE 3

         

                Espero me perdonen si no les detallo cómo funcionaba la empresa de mi padre, que sin invertir  capital se pegaba el lujo de ganar el 10 por ciento de las mercaderías recibidas,  fuera de todos los gastos y agregaba el 10 por ciento por las mercaderías que compraba al por mayor a bajo costo de Asunción. Todas las miles de toneladas de productos del país que recibía de sus clientes, volvía a entregar mercaderías baratas a cambio. Nadie quería dinero y todos retornaban felices con las mercaderías prácticamente gratis, que mi padre les ofrecía.

         Un ejemplo digno de comentar es que los dos buques el TORO y LA ANITA BARTE su dueño don Luis Camior, se apersonó y sin pretender nada ponía a disposición sus dos buques. Las ofertas eran el pan de cada día, pero mi padre se conformaba con lo que había logrado. Por el momento todo un departamento se beneficiaba con su trabajo. Desde Lima, más de doscientos kilómetros a la redonda los comerciantes depositaban con confianza sus productos y retornaban con abundante mercaderías de calidad y barata.

       Cuando los grandes comerciantes de San Pedro se dieron cuenta de lo que están pasando, empezaron a asustarse. La poderosa y rica ciudad capital sampedrana estaba quedando vacía y hasta los pequeños comerciantes que se surtían de los negocios de San Pedro venían a Antequera, donde todo era el doble más barato y a crédito.  Al final todas las personas humildes fueron beneficiadas por esa increíble iniciativa. Cuando mi padre empezó su trabajo, contaba con 15 estibadores que vivían miserablemente y muy pronto trabajaron más de 50 personales en su empresa, y a todos les sobraba dinero.

         Los buques Anita Barte y el Toro usaban como combustible la leña o Raja que La Asociación antequerana les proveía. Normalmente demoraban cinco a seis horas para completar su carga y ese ínterin mi padre aprovechaba con 45 estibadores para bajar o alzar sus mercaderías. Mi padre tenía dos contadores que manejaban la contabilidad y en cada depósito dos personales de confianza que se encargaban de recibir las mercaderías sin horario fijo. Finalmente mi padre decide a cuenta de sus fletes pagar al contado a la Asociación por sus rajas. Todo era un reguero de dinero que iba y venía a montones como loco…

         Los proveedores en Asunción que yo recuerde eran dos, Viola y Saco sobre la calle Montevideo en el mismo puerto.

EL SUEÑO DE WOLF.

    La idea de mi padre según testimonio de su madre era instalar frente a su depósito un gran Muelle y traer de Alemania una cinta trasportadora, que en Paraguay todavía no se conocía. El aseguraba que con este adelanto se podía mejorar muchas cosas, e inclusive ganar tiempo y reducir el costo de las mercaderías en tránsito. Antes de morir ya había contactado con una fábrica alemana para adquirir estos elementos.

                  


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