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La mandarina y el sol. Una conjunción perfecta que nos regala el otoño.
Una de las costumbres que tenemos bien metido en nuestro ADN los paraguayos es consumir esta fruta bajo el sol.
¿Será que es nuestro instinto, o una fuerza inconsciente el que nos lleva a hacer eso?
Vaya uno a saber... es una cuestión pendiente para los científicos; pero por de pronto podemos concluir que es fantástica para nuestro organismo esta costumbre; ya que a todas las vitaminas y otros beneficios que aporta esta fruta, estando al sol nos sirve para sintetizar la vitamina D, que solo conseguimos estando expuestos al astro rey.
La mandarina, aunque no es originaria de esta parte del mundo, está metida en nuestro ser como paraguayos, hasta la podríamos considerar como una fruta folklórica.
Siempre que ingerímos una mandarina nos viene a la mente el famoso ñe'enga que dice "mandarina ha ğuaiguī, nda'ikatúi ja'u ñemi" (un ñe'enga medio misógino para estos tiempos, pero es muy conocido... "no maten al mensajero").
A pesar de ser una costumbre muy nuestra el consumir la mandarina bajo el sol; que generalmente es una actividad socializadora como el tereré; ya que se hace en grupo; no pocas veces crea conflictos. Si, crea conflictos porque no sabemos si decir: -Vamos "pues" a TOMAR mandarina", ó - Vamos "pues a COMER mandarina"... Todo un tema esto de que si la mandarina se "toma" o se "come". Una cosa parecida ocurre con el helado" pero sobre esto la RAE ya sentó postura.... es correcto decir TOMAR o COMER un helado.
Queda pendiente que la RAE, se pronuncie también sobre este tema de interés nacional... Hagamos una manifestación para que la RAE diga que es igual TOMAR o COMER mandarina.
Jodida es la mandarina, a tal punto que nadie quiere que se le compare con ella. Nadie quiere que "se diga por él o ella, que es una buena mandarina".
A propósito de la injusta mala fama que adquirió el aroma de las mandarinas, podemos dar gracias a la ciencia, que por suerte ahora contamos con nuevas variedades que no tienen ese aroma característico e inclusive hay variedades sin semillas, que nos permiten COMER o TOMAR a escondidas. ¡Que bueno! ¿ Verdad?.
Hasta ahí lo que les pudo decir; porque voy a tomar unas mandarinas.
Una sola cosa más; ni se les ocurra invitarle a Carmiña Masi.
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