Por culpa de esta educación mal planteada, muchas iniciativas en nuestro país fueron dejados de lado y el progreso en el Norte paraguayo quedó postergado, perdido y olvidado en la turbulencia del tiempo. Siempre las sugerencias de algo nuevo fueron rechazadas y mal vista por nuestras autoridades. Por ese motivo los Norteños hasta la fecha sufrimos sus consecuencias. Aun así, en todo este periodo de aislamiento se realizaron algunos proyectos gubernamentales que fueron ejecutados a base de mucho sacrificio e insistencia, sin respetar ni tener en cuenta las críticas de sus propios correligionarios.
Entre las muchas actividades que yo intente realizar en este puerto aislado, para poder subsistir con mi familia, estuvo la innovadora creación de una humilde sala de cine. Pero increíblemente para poder habilitar este local tuve que mendigar o replicar un millón de veces inútilmente a nuestras autoridades. Pero un buen día por lastima me conceden un permiso provisorio para inaugurar mi famoso y soñado Cine Estrella, que al final resultó ser todo un éxito, una novedad y hasta marcó historia para esta nueva juventud.
Al principio trabajé con las famosas máquinas de 8 milímetros, luego la súper 8 y más tarde con las famosas cámaras cinematográficas de 16 milímetros el Víctor Kalar 25 Profesional. Por último incursione en el cine de 35 milímetros por el sistema antigua de lumínica a carbón en Villa de San Pedro. La verdad que esta sacrificada actividad nunca aportó beneficio económico alguno para la familia, aunque culturalmente nuestra juventud tuvo la oportunidad de incursionar en algo nuevo y salir de la ignorancia y la desinformación en que vivían. Al final muchos me estarán agradecidos, pero increíblemente nuestras autoridades y las maestras o profesoras locales jamás asistieron a mi cine. Ellos pues se consideraban personas importantes, superiores conocedoras de todo y por lo visto este humilde cine no estaban a la altura de sus pretensiones.
Es importante mencionar que mi sala de cine al comienzo no contaba con sillas y unos viejos cajones vacios de cerveza eran sus butacas que de vez en cuando y en el momento que la película estaba en su punto más interesante se rompía y la pobre víctima terminaba grotescamente en el suelo. Este espectáculo siempre causaba risa entre el público presente y lógicamente la función paraba por unos minutos para dar lugar al improvisado espectáculo. Hay tantas anécdotas que contar de esa gloriosa época pasada, que alguna vez me gustaría compartir con ustedes. Por ejemplo las publicidades o propagandas la hacíamos por elevados alta voces y constituía todo un atractivo para su público que podía por poco dinero disfrutar de un esparcimiento sano. Toda esta iniciativa al final fue beneficiosa para muchos y sinceramente no me arrepiento de haberlo ejecutado en su debido momento. Lastimosamente esta iniciativa con el tiempo fue desapareciendo de su escenario por culpa de la televisión y otros equipos modernos que la reemplazaron y esto es normal.
Pero en aquella oportunidad nuestras autoridades quizás por envidia o ignorancia nunca apoyaron este aporte cultural. Nuestra Municipalidad para perjudicarme creo una irrisoria secretaría de Moralidad encabezado por su presidente profesor Adolfo von Zastrow, maestro del Colegio General Samaniego quien dirigió esta comitiva de supuestos interventores a solo efecto de crearme problema y obstaculizar mi sacrificado trabajo.
Concretamente todas las películas que yo alquilaba de Don Bosco Film del Salesianito de Asunción, siempre tenían que pasar para su consideración con una especial exhibición en privado, para su aprobación de moralidad. Si en las escenas cinematográficas había algunos besos prolongados tenía que eliminarlas o caso contrario no permitían su exhibición. Le quisiera ver a este personaje hoy día donde cualquier criatura con su celular puede pegarse el lujo de ver esto y muchas otras exhibiciones peores, sin que nadie pueda hacer o decir nada para evitarla y sacarla de circulación.
Pueblo chico infierno grande dicen los entendidos y tienen razón, pues en mi localidad todos nos conocemos o tenemos algún parentesco que al final nos unen y otras veces nos separan. Finalmente esta secretaría de Moralidad intentó imponer una serie de reglamentaciones que nadie le dio mucha importancia y gracias a Dios no prosperó. Yo siempre me consideré un oportuno creador de nuevas innovaciones que lastimosamente muchos no la entendieron así por envidia. Increíblemente esto hasta la fecha sigue igual.
Al final cuando los años empezaron a hacerse sentir, solamente encontré alianza y gratitud con la naturaleza. Ella también como yo ya estaba sufriendo en carne propia los efectos negativos de la vejez. Aun así, entiendo que intente inútilmente ayudarla a recuperar sus dones perdidos e inclusive aprendí el método cómo lograrla, pero lastimosamente hasta la fecha a nadie le interesa mis investigaciones que van lentamente camino al fracaso.
Por ese motivo especial entiendo que todos mis sueños e ilusiones son un montón de mentiras o ilusiones que nunca se concretaron por estar fuera de tiempo. Mientras esto así se mantenga, yo y la pobre naturaleza debemos seguir soportando sus malas interpretaciones y futuras consecuencias…
Tremenda equivocación cometí al reconocer que la vida ya me había enseñado todo, pues al incursionar en el mundo de la naturaleza aprendí mucho más de que nadie puede imaginar. Ahora decir que la naturaleza es perfecta ya no es ninguna novedad, pero lastimosamente los seres humanos perdimos los estribos y seguimos invadiendo su reino con fines de lucro hasta convertirla en basura. Claro que son toda una serie de desperdicio, pero tóxico que al final nos contaminará a todos por igual hasta destruirnos. Sinceramente no sé hasta dónde podemos aguantar, pero estamos llegando a una situación extrema que nos está arrastrando lentamente a una evidente autodestrucción, tranquilamente esperando un milagro que en estas condiciones jamás llegará. Y después los científicos del mundo entero se preocupan y temen el calentamiento global que aunque usted no lo crea, acá en nuestro país ya está presente y nadie ni le da importancia.
Por favor no me miren como un ser de otro planeta o un profeta o algo por el estilo, soy igual que todos ustedes, preocupado por lo que está pasando a mi alrededor sin poder hacer ni decir nada. La impotencia siempre destruye cualquier iniciativa y son ustedes señores los que mañana sufrirán las consecuencias. A mí por lo menos con la edad que tengo ya me sobran muy poco tiempo para seguir opinando sobre este delicado tema. Aún así y a pesar de todo me pego el lujo de seguir con mis investigaciones en espera de que algún otro loco me siga la corriente y desaparezca esta pesadilla.
También mi querido puerto natal hace mucho tiempo dejó de ser un paraíso terrenal, acá también pasan cosas increíbles que a muy pocas personas les interesan. Las contaminaciones de los agros tóxicos y el consumo humano de drogas ahora son una nueva amenaza que no podemos evitar y al final traerá consecuencia lamentable para todo nuestra desesperada comunidad.
Por favor no hagamos de esta agonía como la última, yo creo que nuestra juventud a pesar de todo alguna vez…
Recapacitará.
Tomado del libro de su autoría: "Con la Sangre en los ojos"
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