En cada vida hay personas que dejan una huella imborrable, y en la mía, esa persona es mi querido hermano Adalberto.
Querido Chano, esta mañana amanecí, obviamente recordándote por tu cumple, y al hacerlo, también me transporté a la vida que hemos vivido juntos como hermanos. No sé porqué, y no extrañamente, esos recuerdos siempre se transportan a los primeros años de nuestras vidas de niños…y los fantasmas de Chaco-i y otros lugares de niñez siempre regresan. Nuestras vidas han sido de aventuras, sueños de niños, juegos, y tantos inolvidables acontecimientos llenos de alegría algunos, y otros no tantos, pero que fueron de a poco forjando nuestros caminos… pero todos llenos de momentos compartidos y recuerdos entrañables que hoy, en tu cumpleaños 73, celebro con profunda gratitud y cariño.
Adalberto, has sido no solo un hermano; sino un compañero de caminos, un amigo y un testigo de todas las etapas de mi vida. Desde niños, en los polvorientos caminos de Chaco-i, y la visión de Chula remando por el riacho que nos llevaba a nuestro hogar temporal (el hospital en construcción) por la crecida del rio Paraguay en 1954, travesía llena de trinar de pájaros, jugueteando sobre los yrupés y camalotales en flor, nuestras travesuras y juegos nos unieron en una complicidad que el tiempo solo ha fortalecido. Recuerdo las largas juguetonas caminatas hacia el cerrito por los senderos de Oviedo, con parada y chapuzón obligatorio en el tajamar de los Parini, donde nuestras risas resonaban entre los árboles y los sueños se tejían con cada paso que dábamos.
Era en esos momentos, lejos de las preocupaciones, donde descubríamos la magia de la fraternidad. Antequera, lugar del corazón familiar materno, pueblo de tantos recuerdos de familia, fue otro escenario de nuestras andanzas. Las tardes en el río, visita a nuestros parientes, las noches bajo el manto estrellado, y las aventuras que parecían no tener fin, se convirtieron en el telón de fondo de una niñez llena de energía y esperanza. Y vos Chano, con tu espíritu indomable y tu risa contagiosa, siempre fuiste el alma de nuestras expediciones, el líder natural que nos guiaba con su entusiasmo y su inagotable curiosidad por el mundo.
A lo largo de los años, te hemos visto enfrentar los desafíos con una fortaleza admirable y una determinación que inspira. Tu capacidad para superar obstáculos y convertir las adversidades en oportunidades de crecimiento es un testimonio de tu carácter resiliente y tu corazón generoso. Adalberto ha sido un faro de luz en mi vida y la de muchos, recordándonos siempre la importancia de la familia, la amistad y la lealtad.
Hoy, al celebrar tu cumpleaños, no puedo evitar sentir una profunda emoción. La vida nos ha llevado por caminos diversos, pero siempre hemos encontrado el modo de volver a encontrarnos, de reír juntos y de compartir nuestras historias.
Cada recuerdo contigo querido hermano, es un tesoro que guardo con celo, una página dorada en el libro de mi vida.Adalberto, en este día especial, quiero agradecerte por ser el hermano y amigo que siempre soñé tener. Por cada momento compartido, por cada risa y por cada lágrima, por las enseñanzas y por el ejemplo de vida que eres. Que este nuevo año te traiga aún más aventuras, más alegrías y que sigamos recorriendo juntos los caminos de la vida.
Feliz cumpleaños, querido hermano. Que la vida te regale tantos momentos felices como los que tú has dado a todos los que te conocemos. Por siempre y para siempre, tu hermano y amigo de mil caminos.
Chongo.
Guatemala, 7 de Julio 2024
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