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Adiós Pueblo

Abelardo Rosa Flores

Actualizado: 10 sept 2020

Muy temprano en la mañana de hoy, cuando me dirigía a mi lugar de trabajo conduciendo el auto y sintonizando música nativa por la 104,1 de Radio Cámara, el conductor del programa hizo el anuncio de una conocida canción cuyo nombre es “Adiós pueblo”, comentó que la misma era para complacer un pedido de gente de la ciudad de Concepción. Al oír los sones de la música interpretada brillantemente por el “Grupo Generación de Villarrica“, confieso que me subió un “pirî” por el cuerpo. Cuando el locutor dijo que la misma era para complacer un pedido, antes que terminara la frase, ya supuse que la misma era para algún concepceno.


Pasa que esa canción lo cantaba mi padre con mis tíos que tienen sus raíces en Concepción. Quizá pocos sepan que esa canción tiene su historia, si bien no fue compuesta para el caso que les voy a relatar, la misma se convirtió en el himno de los jóvenes norteños al finalizar la guerra fratricida del ’47. Luego de la contienda, los que regresaban a sus hogares, encontraron una ciudad devastada y con pocas oportunidades para que lo mismos puedan encontrar lugares o cosas para iniciar alguna actividad rentable que les proporcione el sustento diario, todo esto debido a que la ciudad quedó casi en el abandono por ser la cuna de la revolución.


Como el resultado le fue adverso, el castigo de las autoridades de turno le cayó encima. Esa camada de brillante juventud no tuvo otra alternativa que emigrar en masa, dejando su familia, sus sueños y sus ilusiones. Cada buque que zarpaba del puerto, lo hacía repleto de la mejor juventud de la época, y en el puerto, en la despedida, quedaban levantados lo pañuelitos blancos que ondeaban al viento, con el sabor amargo de aquel beso y el adiós, de la amada y de los seres queridos.


A continuación les transcribo la letra de la canción:


Mis ilusiones se alejan mi esperanza está perdida

ya no espero en mi partida aquel beso ni un adiós.

El destino se interpuso a la gloria prometida

que juramos juntos un día con la dueña de mi amor.


Recuerdo una noche muy triste de otoño:

la Parca maldita me la arrebató.

Y desde ese instante mi alma bohemia

busca su solaz sin poder encontrar.


En las horas de nostalgia viene todo a mi recuerdo:

mis amigos más queridos y mi rancho de bohemio.

Adiós pueblo ya te dejo mas no puedo remediar,

como un barco a la deriva voy sin rumbo a navegar.


Pero un gran recuerdo de mi vida triste

nublará ese cielo del pueblito aquél.

Y sé que en las noches muy tristes de otoño

ya no escucharás mi canción y mi adiós.



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