ESTA ES UNA HISTORIA QUE QUEDO CONGELADA EN EL PASADO,
Pero que vale la pena recordarla.
Mi puerto natal Antequera, en esa histórica época gozaba del privilegio de contar con una reserva de las mejores maderas del mundo. Esta comunidad estaba conciderada como unos de los puertos más famosos de la zona Norte. Pero inconcientemente regalabamos todas nuestras maderas vírgenes de primera calidad a nuestros vecinos extranjeros. En aquella memorable época de paz y bonanza, las abandonadas calles de este puerto se convirtió en una gigantesca playa de desembarque, donde los enormes buques internacionales se atracaban o arrimaban a su alta barranquera para cargar fácil y gratuitamente, todas nuestras maderas en bruto.
Aprovechando esta oportunidad, los acopiadores de turno se pegaban el lujo de seleccionar las mejores maderas en bruto a su antojo y solo seleccionaban los que tenían mejor cotización en el mercado internacional. Concretamente los Rollos de madera que no tenían las medidas requeridas o algún defecto natural, eran rechazados, como también los árboles gigantes de gran volumen que sus Guinches anticuados no tenían la capacidad para cargar en sus buques o sean bodegas. Por efecto de esta misma causa, muy pronto en nuestra playa de embarque fueron acumulandose miles de Rollos rechazados por pequeños o muy gigantes, sin que nadie la reclame.
Para poder ganar mas espacio, ya que la Municipaliadad cobraba por este servicio, increiblemente se contrató a un grupo de estibadores para que por la noche se deshaga de estos rollos, arrojandole al río Paraguay. Miles o sea millones de metros cúbicos de madera de primera calidad, fueron arrojados al río Paraguay, e inclusive un buque por descuido embistio a uno de estos rollos y naufragó, dejando varias victimas que lamentar. Pero al final no paso nada, la plata y la economía del país gozaba de los beneficios de esta increible y mortal tala de nuestros bosques virgenes. Imagino que nuchos manguruyuses en la ciudad gazaron hasta el final de esta hermosa luna de miel. Todo el mundo estuvo de acuerdo con este crimen ecológico y ahora ya tarde queremos protestar o sea lamentar estos errores.
Esta triste y lamentable historia tiene muchos otros entretelones y hermosas anécdotas que comentar. Puede que si el tiempo lo permite, alguna vez yo pueda relatarles con mayor lujo y detalle otros episodios de este imperdonable y lamentable atropello a la naturaleza. Aclaro, que después de todo fueron hechos reales, que por el momento prefiero pasarla por alto para no amargarle a usted su buena predisposición.
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